miércoles, 26 de enero de 2011

El aire acondicionado


En la oficina donde trabajo hay 5 mujeres que pasan las cuatro décadas, a todas las trato con cierto grado de respeto y estima, algunas han llegado contarme de sus amores, de sus deseos, de sus secretos, no me importa mucho saber de ellas, soy educado y sé escuchar solo eso. El problema radica que en verano hay opiniones encontradas sobre si el aire acondicionado debe estar prendido o apagado, como es de suponer siendo verano es lógico que debe estar encendido, pero para ellas o para algunas de estas compañeras eso no parece lógico, todo lo contrario, daña su integridad física, se sienten agredidas, violentadas, si la dichosa máquina esta prendida. Hace un año para el verano, una de ellas escondió el control del aire acondicionado, todos soportamos, porque no había mas que hacer el sofocante calor del ambiente, casi cuando el verano se terminaba, milagrosamente apareció el bendito control remoto encima mi de escritorio. Este año decidí tener el control remoto del aparato en un cajón con llave de mi escritorio, a pesar de las críticas de una de ellas por el aire, permaneció allí, hasta hoy. Hoy tuve que ir al otro ambiente de la oficina, olvidé guardar el control remoto, cuando regresé ya no estaba, vino a mi mente el verano pasado y casi estaba resignado a vivir otro verano tan intenso como el pasado; hice algunas averiguaciones, hostigué a los presuntos testigos de semejante hazaña - el robo del control remoto- hice saber mi postura sobre el robo, y sobre aquellos que encubren dichos sucesos.

Acuse por mi nickname del messenger a una presunta testigo del crimen, hice un comentario en mi facebook diciendo prácticamente lo mismo,, la presunta testigo, me dijo que la estaba difamando, yo insistí, cerraba e iniciaba sesión regularmente para que sepan mi fastidio por este hecho. La culpable vio mis comentarios en el facebook y mi nickname en el messenger, luego cogió una llave y abrio un estante de la oficina donde había escondido el objeto robado, y colocó el control sobre el escritorio de otra compañera.

Me sorprendí algo confuso, humillado, y hasta enojado. Ya no tengo el control de aire acondicionado, ya no quiero tenerlo más.